Retrasar el envejecimiento es mejor inversión que combatir el cáncer o enfermedades del corazón, según estudio

(Crédito: iStockphoto)

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Un nuevo estudio realizado por varias universidades demuestra que la investigación encaminada a retrasar el envejecimiento y las dolencias que llegan con los años generaría una mejor salud poblacional y una mayor recuperación económica que los avances en enfermedades tales como el cáncer y enfermedades del corazón.

Incluso con avances modestos en nuestra comprensión científica de como envejecemos y como hacer más lento su proceso, un 5 por ciento de los adultos mayores a 65 años sería más saludable en lugar de estar discapacitado durante cada año del 2030 al 2060, reveló el estudio publicado en la revista Health Affairs del mes de octubre.

En otras palabras, una inversión para retrasar el envejecimiento significaría 11.7 millones de adultos saludables con más de 65 años en el 2060.  El análisis, realizado por científicos de la Universidad del Sur de California, Universidad Harvard, Universidad de Columbia, la Universidad de Illinois en Chicago, y otras instituciones, asume que la inversión en investigación llevará a una reducción de 1.25 por ciento de posibilidad de enfermedades relacionadas con la edad.

En los Estados Unidos, el número de personas de 65 años o más se duplicará en los próximos 50 años, pasará de 43 millones en 2010 a 106 millones en 2060. Actualmente, cerca del 28 por ciento de la población de 65 años o más sufre algún tipo de discapacidad.

“En los últimos 50 años, se logró una mayor expectativa de vida al encontrar formas de reducir la mortalidad de enfermedades fatales”, dijo Dana Goldman, autora principal del estudio. “Sin embargo, la expectativa de vida con discapacidad se eleva aún mucho más rápido que la esperanza de vida total, lo que nos da un gran número de años sin buena salud o incluso mala salud. Si pudiéramos envejecer más despacio, podríamos retrasar la aparición de muchas enfermedades simultáneamente”.

Modelo de enfermedad versus antienvejecimiento

El estudio mostró significativamente una disminución en la recuperación económica de seguir la investigación tipo “modelo de enfermedad”, que busca combatir las enfermedades una por una,  de forma independiente, en lugar de hacer frente a la causa subyacente común que ocasiona la fragilidad y la discapacidad: el envejecimiento en sí mismo.

La reducción de la incidencia de cáncer en un 25 por ciento en las próximas décadas –de acuerdo con las tendencias históricas más favorables– apenas mejoraría la salud de la población comparado con el caso de que no se hiciera nada en absoluto, mostró el análisis. Lo mismo aplica  para las enfermedades del corazón, la principal causa de muerte en el mundo: cerca del mismo número de adultos mayores estarán vivos pero discapacitados en 2060, ya sea que no hagamos nada o sigamos luchando contra el cáncer y las enfermedades del corazón individualmente. Los resultados son acordes con investigaciones anteriores que demuestran que la cura completa del cáncer sólo aumentaría la esperanza de vida en alrededor tres años.

“Incluso un éxito muy pequeño en la desaceleración del envejecimiento tendría un gran impacto en la salud y calidad de vida. Este es un enfoque totalmente nuevo de salud pública que atacará todos los factores subyacentes de riesgo en todas las enfermedades graves y discapacitantes” , dijo S. Jay Olshansky, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Illinois, Chicago.

“Tenemos que iniciar la investigación ya. No sabemos qué mecanismos funcionarán para retrasar el envejecimiento y existen probablemente diversas maneras en que esto podría lograrse, pero debemos decidir ahora que vale la pena continuar”.

Varias líneas de investigación científica ya han demostrado la manera en que podríamos envejecer más lentamente, lo que incluye  estudios genéticas en “centenarios” y otras personas de larga vida. La desaceleración de los signos de envejecimiento biológico también se ha logrado en modelos animales, por medio del uso de productos farmacéuticos o intervenciones, tales como la restricción calórica.

Pero hasta ahora, no se ha realizado ninguna evaluación de los costos y beneficios de salud en el desarrollo de terapias para retrasar la aparición del envejecimiento.

“Estaríamos afectando a todas las generaciones”, dijo Olshansky . “Este estudio es un referente en el mundo de la salud pública”.

El estudio mostró que, con avances importantes en el tratamiento del cáncer o enfermedades del corazón, alguien de 51 años puede vivir un año más. Sin embargo, una modesta mejora en el retraso del envejecimiento duplicará esta cifra, o sea, dos años –y esos años podrían ser vividos gozando de buena salud.

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