Vacunas más seguras

Película de polímero que libera gradualmente código ADN para proteínas virales podría ofrecer una mejor alternativa a las vacunas tradicionales.

Parche de suministro de vacuna basada en ADN. (Crédito: Christine Daniloff/MIT)

Parche de suministro de vacuna basada en ADN. (Crédito: Christine Daniloff/MIT)

Las vacunas consisten, por lo general, de virus inactivos que llevan al sistema inmune a recordar al invasor y lanzar una fuerte defensa en caso llegara a encontrarlo nuevamente. Sin embargo, este método puede resultar demasiado riesgoso con cierto tipo de virus, incluyendo el virus de inmunodeficiencia adquirida.

En años recientes, una gran cantidad de científicos han explorado el ADN como una alternativa potencial de vacunación. Hace alrededor 20 años, se descubrió que la codificación del ADN para proteínas virales inducía fuertes respuestas inmunes en roedores, pero hasta el momento las pruebas en humanos no han podido replicar ese éxito.

En un artículo del 27 de enero publicado en Nature Materials, investigadores del MIT describen un nuevo tipo de película para suministro de vacunas que promete mejorar la efectividad de la vacunación con ADN. Si tales vacunas pudieran ser suministradas con éxito a los humanos, se superarían no sólo los riesgos de utilizar virus para vacunar en contra de enfermedades como el SIDA, sino que también sería más estable, haciendo posible su conservación y transportación a temperatura ambiente.

Este tipo de suministro de vacunas también eliminaría la necesidad de suministrar vacunas con jeringas, dijo Darrell Irvine, profesor del MIT. “Sólo tienes que aplicar el parche por algunos minutos, quitarlo y dejará como residuo esa película delgada de polímero insertada en tu piel”.

Los científicos han tenido algunos éxitos recientes en el suministro de vacunas ADN a pacientes humanos utilizando una técnica conocida como electroporación. Este método requiere inyectar primero del ADN bajo la piel, y luego utilizar electrodos para crear un campo eléctrico que abra los poros pequeños de las membranas de la piel, permitiendo así al ADN adentrarse. Sin embargo, el proceso puede ser doloroso y los resultados obtenidos varía, dijo Irvine.

“Se tienen avances, pero ciertamente no es lo ideal y no es lo que imaginarías en un escenario de vacunación profiláctica global, especialmente en países con pocos recursos”, dijo.

Irvine y Paula Hammond, también autora del estudio, idearon una manera distinta de suministrar ADN bajo la piel. Crearon un parche con varias capas de polímeros incrustados en una vacuna ADN. Estas capas de polímeros se implantan bajo la piel utilizando micro-agujas que penetran alrededor de medio centímetro en la piel -la profundidad suficiente para suministrar el ADN a células inmunes en la epidermis, pero no lo suficientemente profundo para causar dolor en las terminaciones nerviosas de la dermis.

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