Sondas Van Allen descubren acelerador de partículas en el corazón mismo de los cinturones de radiación de la Tierra

Las sondas gemelas Van Allen de la NASA muestran que las partículas en los cinturones de radiación que rodean la Tierra son aceleradas por un golpe de energía local, lo que ayuda a explicar cómo estas partículas alcanzan velocidades más allá del 99 por ciento de la velocidad de la luz.  (Crédito: G. Reeves/M. Henderson)

Las sondas gemelas Van Allen de la NASA muestran que las partículas en los cinturones de radiación que rodean la Tierra son aceleradas por un golpe de energía local, lo que ayuda a explicar cómo estas partículas alcanzan velocidades más allá del 99 por ciento de la velocidad de la luz. (Crédito: G. Reeves/M. Henderson)

Los científicos saben que algo en el espacio acelera las partículas en los cinturones de radiación de Van Allen a más del 99 por ciento de la velocidad de la luz, pero no sabían qué era ese algo.

Nuevos estudios de las sondas Van Allen de la NASA muestran que la energía de aceleración proviene desde dentro de los cinturones mismos.

Las partículas dentro de los cinturones son aceleradas por pulsos locales de energía, lanzando las partículas a enormes velocidades, similar a un empuje perfectamente sincronizado en un columpio en movimiento.

Conocer el lugar exacto de la aceleración ayudará a los científicos a mejorar las predicciones de clima espacial, ya que los cambios en los cinturones de radiación pueden representar un riesgo para los satélites cercanos a la Tierra y para astronautas en su viaje hacia la Luna o Marte, por ejemplo.

Los cinturones de radiación fueron descubiertos desde el lanzamiento de los primeros satélites de Estados Unidos, Explorers I y II. Muy pronto se hizo evidente que los cinturones eran uno de los ambientes más peligrosos que una nave espacial podría experimentar.

La mayoría de satélites eligen ubicarse abajo de los cinturones de radiación o tener una órbita circular externa a ellos, y algunos satélites, como la nave GPS, deben operar entre los dos anillos. Cuando estos cinturones se ensanchan debido al clima espacial, pueden abarcar el espacio ocupado por los satélites, lo que representa una radiación peligrosa.

Ciertamente, un número significativo de fallas permanentes en naves han sido ocasionadas por radiación. Con información suficiente, podemos protegerlos para los peores ambientes, pero tal información sólo puede lograrse si verdaderamente entendemos la dinámica de lo que sucede dentro de los misteriosos cinturones.

Los científicos consideran que estos nuevos resultados nos conducirán a tener una mejor predicción de la cadena compleja de eventos que intensifica la radiación de los cinturones a niveles que puede dañar los satélites.

Aunque el estudio muestra que la energía local proviene de ondas electromagnéticas viajando a través de los cinturones, no se sabe con exactitud qué ondas podrían ser la causa.

Más información aquí.