Nuevas herramientas para administrar las montañas de información de la neurociencia

Ejemplo de un mapa de investigación creado para que los científicos puedan fácilmente explorar estudios y descubimientos publicados y planear así su siguiente estudio o experimento.  (crédito: Anthony Landreth & Alcino J. Silva/UCLA)

Ejemplo de un mapa de investigación creado para que los científicos puedan fácilmente explorar estudios y descubimientos publicados y planear así su siguiente estudio o experimento. (crédito: Anthony Landreth & Alcino J. Silva/UCLA)

La reciente explosión de investigaciones en neurociencia ha resultado en la publicación de casi 2 millones de ensayos y artículos –más información que cualquier investigador pueda consumir durante toda su vida.

Es por eso que un equipo de la UCLA ha inventado los mapas de investigación. Fácilmente accesible a través de una aplicación en línea, los mapas ayudan a los neurocientíficos a explorar lo que ya está realizado y planear así su siguiente estudio.

La edición de agosto 8 de la revista Neuron describe estas nuevas herramientas.

“La sobrecarga de información es el elefante en la habitación que la mayoría de neurocientícos pretenden ignorar”, dijo Alcino Silva, investigador principal y profesor de neurobiología en la UCLA. “Sin una forma de organizar la literatura generada, corremos el riesgo de obviar descubrimientos claves y duplicar experimentos previos. Los mapas de investigación permitirán a los neurocientíficos clarificar con rapidez qué se ha cubierto ya y prever la utilidad de posibles estudios futuros”.

Silva colaboró con Anthony Landreth para crear los mapas que ofrecen un resumen simplificado e interactivo sobre descubrimientos de investigación para auxiliar a los neurocientíficos a elegir qué estudio es el siguiente. En una prueba inicial para sus mapas, el equipo concentró su atención en los descubrimientos en cognición molecular y celular.

Darin Gilbert Nee, programador de la UCLA, también desarrollo una aplicación web para ayudar a los científicos a expandir e interactuar con el mapa de su especialidad.

“Fundamos los mapas de investigación con una estrategia crowd-sourcing, en el cual los científicos incorporan estudios y artículos que les interesa en un mapa creciente de su campo de estudio”, dijo Silva, quien inició a trabajar en la solución de este problema hace casi 30 años, cuando era estudiante graduado y escribió, conjuntamente con Landreth, un libro sobre el tema que se publicará bajo el sello de Oxford Press. “Cada mapa es interactivo y se puede buscar en él. Los científicos van viendo su mapa a medida que buscan, muy parecido a una búsqueda en línea con navegador”.

De acuerdo con Silva, el mapa permite a los científicos concentrarse en áreas que les interesan. Al darle seguimiento a descubrimientos y resultados previos publicados, los investigadores pueden determinar lo que hace falta y detectan experimentos que vale la pena realizar.

“Como un GPS, el mapa ofrece distintos niveles de enfoque, una mapa de investigación permite a los científicos una vista general de una área específica de investigación a distintos niveles de resolución –desde resúmenes generales a datos concretos de resultados experimentales”, indicó Silva. “El mapa mostrará el detalle necesario exacto para los propósitos del investigador, ni menos ni más”.

Cada mapa codifica información al clasificarla en categorías y darle una puntuación al peso de la evidencia basado en criterios clave, tales como la reproducibilidad y “convergencia” –cuando experimentos distintos señalan hacia una misma conclusión.

El siguiente paso del equipo de trabajo será automatizar el proceso de creación de los mapas. A medida que los científicos publiquen sus trabajos, sus resultados serán automáticamente incorporados al mapa de investigación que representa su campo de estudio.

De acuerdo con Silva, la automatización podría lograrse al utilizar el proceso de publicación ya existente de revistas y periódicos para dividir las investigaciones en capítulos más pequeños y construir “nano publicaciones”. Los editores podrían utilizar un plug-in para convertir hacer las publicaciones legible para máquinas.

Un acercamiento aún más directo sería incorporar campos especiales en las formas para el envío de los artículos en las revistas. La información resultante de estos campos podrían ser publicados en una base de datos pública, que sería la base para los mapas de investigación.

“Las sociedades occidentales invierten enormes cantidades en ciencia, y los mapas de investigación optimizarán esa inversión”, opinó Silva. “Un día, veremos hacia la era pre-mapa de planificación experimental y tendremos la misma incredulidad que ahora tenemos para la investigación realizada antes de la estadística”.

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