Milagros ocultos del mundo natural
Vivimos en un mundo con una belleza invisible, tan sutil y delicada que es imperceptible al ojo humano. Para iluminar este mundo invisible, el cinematógrafo Louie Schwartzberg mezcla las fronteras del tiempo y el espacio con sus cámaras de alta velocidad, lapsos de tiempo y microscopios.
Louie Schwartzberg es cineasta, director y productor. Sus imágenes quitan el aliento y celebran la vida, revelan conexiones y ritmos universales, patrones de gran belleza.
Para Schwartzberg, una gran satisfacción es la posibilidad de crear imágenes que tengan un efecto positivo en el futuro del planeta Tierra. “Espero que este film inspire y aliente el corazón de la gente. La belleza es la herramienta de la naturaleza para sobrevivir –protegemos lo que amamos. Si puedo inspirar a las personas, tengo la esperanza que podamos tener el cambio de conciencia que se requiere para mantener y celebrar la vida”.
¿Cuál es la intersección entre la tecnología, el arte y la ciencia? La curiosidad y la maravilla, porque nos impulsan a explorar, porque estamos rodeados de cosas que no podemos ver. Y me gusta usar la película para que nos lleve en una travesía a través de los portales del tiempo y del espacio, para hacer lo invisible visible porque lo que hace expande nuestros horizontes, transforma nuestra percepción, abre nuestras mentes y toca nuestro corazón. Aquí tenemos unas escenas de mi película IMAX 3D, “Los misterios del mundo desconocido”.
(Música)
Hay un movimiento bastante lento para que lo detecten nuestros ojos, y el lapso de tiempo que nos permite descubrir y ampliemos nuestra perspectiva de la vida. Podemos ver cómo los organismos emergen y crecen, cómo una vid sobrevive trepando por los árboles para ver la luz del sol. Y a una gran escala, el lapso de tiempo nos permite ver nuestro planeta en movimiento. No solo podemos ver la vasta extensión de la naturaleza sino el movimiento agitado de la humanidad. Cada línea marcada con un punto representa un avión con pasajeros, y al convertir la información del tráfico aéreo en una imagen de lapso, podemos ver algo que constantemente está arriba de nosotros pero es invisible: la extensa red de tráfico aéreo por todos los Estados Unidos. Lo mismo podemos hacer con los barcos en el mar. Podemos convertir la información en una vista del lapso de tiempo de una economía global en movimiento. Décadas de información nos permiten tener una vista completa de nuestro planeta como un único organismo sostenido por las corrientes que circulan por todos los océanos y por las nubes que giran por la atmósfera, latiendo con los relámpagos, coronado por la aurora boreal. Pudiera ser la última imagen del lapso del tiempo: la anatomía de la Tierra traída a la vida.
Al otro extremo hay cosas que se mueven muy rápido ante nuestros ojos, pero contamos con la tecnología que puede ver ese mundo también. Con cámaras de alta velocidad, podemos hacer lo contrario que sucede con el lapso del tiempo. Podemos filmar imágenes que son mil veces más rápidas que nuestra visión. Y podemos ver cómo funcionan los ingeniosos dispositivos de la naturaleza y quizá aún podemos imitarlos. Cuando una libélula revolotea, puede ser que no se den cuenta, pero es la mejor voladora de la naturaleza. Puede flotar en el aire, volar hacia atrás, incluso boca abajo. Y al rastrear los marcadores en las alas de los insectos, podemos visualizar el flujo de aire que producen. Nadie sabía el secreto, pero la alta velocidad muestra que una libélula puede mover las cuatro alas en direcciones diferentes al mismo tiempo. Y lo que aprendamos nos puede llevar a clases nuevas de voladores robóticos que pueden expandir nuestra visión sobre lugares importantes y remotos.
Somos gigantes, y no estamos conscientes de las cosas que son muy pequeñas para que nosotros las veamos. El microscopio de electrones dispara electrones que crean imágenes que pueden magnificar cosas tantas veces como un millón de veces. Este es el huevo de una mariposa. Y hay criaturas ocultas viviendo por todo nuestro cuerpo, incluyendo a los ácaros que pasan toda su vida viviendo en sus pestañas, gateando por su piel durante la noche. ¿Pueden adivinar qué es esto? Piel de tiburón. Una boca de una oruga. El ojo de una mosca de la fruta. Una cáscara de huevo. Una pulga. La lengua de un caracol. Pensamos que conocemos la mayoría del reino animal, pero puede ser que haya millones de especies pequeñas esperando ser descubiertas.
La araña también tiene grandes secretos porque el hilo de seda de la araña es gramo a gramo más fuerte que el acero, pero completamente elástico. Esta travesía nos llevará hasta el mundo nano. La seda es 100 veces más delgada que el cabello humano. En ella hay bacterias, y cerca de esas bacterias, 10 veces más pequeño, hay un virus. Dentro, y 10 veces más pequeño, hay tres hebras de ADN, y cerca del límite de nuestros microscopios más poderosos, hay átomos individuales de carbono.
Con la punta de un microscopio poderoso podemos mover átomos y empezar a crear asombrosos dispositivos nano. Un día algunos podrán patrullar nuestro cuerpo para cualquier tipo de enfermedad y limpiar arterias obstruidas en el camino. Las pequeñas máquinas químicas del futuro tal vez un día podrán reparar el ADN. Estamos a la puerta de avances extraordinarios, los cuales surgen de nuestro impulso para descubrir los misterios de la vida.
Así que bajo la lluvia interminable del polvo cósmico el aire está lleno de polen, micro-diamantes y joyas provenientes de otros planetas, y explosiones supernova. La gente lleva sus vidas rodeadas de lo invisible. Sabiendo que hay tanto a nuestro alrededor que podemos ver que esto cambia por siempre nuestro entendimiento del mundo y al ver los mundos invisibles, reconocemos que existimos en el universo viviente, y esta nueva perspectiva crea maravillas y nos inspira a convertirnos en exploradores en nuestros propios jardines.
Quién sabe lo que espera ser visto y qué nuevas maravillas transformarán nuestras vidas.
Únicamente tenemos que ver. (Aplausos) Gracias. (Aplausos) Gracias. (Aplausos)
Tomado íntegro de: Ted, ideas que vale la pena difundir.
Traducido por: Silvia Rivera
Reviewed by laura lugo
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