“De manera diferente a la literatura, la política o la música, la matemática tiene poca relevancia en nuestra vida diaria”, dijo G.V. Ramanathan, profesor emérito de matématicas, estadísticas y ciencia de la computación en la University of Illinois en Chicago.

“Toda la matemática que uno puede requerir en la vida diaria puede aprenderse en los primeros años de escuela sin demasiado esfuerzo. La mayoría de los adultos no tiene contacto con las matemáticas en su trabajo, y tampoco usan el álgebra para relajarse. Esos que efectivamente aman a las matemáticas y la
ciencia lo han hecho muy bien, Nuestros estudiantes graduados son los mejores en el mundo. Esta ‘nación en riesgo’ a producido cerca de 140 premios nobel desde 1983 y la misma cantidad antes de esa fecha”.

“El mercadeo de las matemáticas se ha convertido en algo similar al mercado de cremas dentales blanqueadoras, gels para que el cabello sea abundante y dietas para que el cuerpo luzca bello… Con generosos aportes del gobierno en los últimos 25 años, se han impartido infinidad de cursos, se han inventando conferencias y se han escrito libros sobre como enseñarle a los maestros a enseñar. Pero, ¿hay alguna evidencia de que estos esfuerzos han sido realmente de ayuda?”.

“Para el resto de nosotros, no hay ninguna obligación mayor de amar a las matemáticas que a la gramática o la composición, por ejemplo, o lavarse las manos después de cenar. ¿Por qué requerimos hacerlas más deleitables para que se aplique mayor dinero de impuestos a esfuerzos sin sentido sin que existan resultados demostrables y entrega de cuentas?”

“Sobrevivimos la era de las ‘Nuevas Matemáticas’ en los años 60. Seguramente sobreviviremos este evangelismo matemático también -gracias a la irrelevancia de la innovación pedagógica”.

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