Descubrimiento de regiones del ADN de más de 100 millones de años podría acelerar la ciencia de cultivos

Vídeo (crédito: University of Warwick)

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Científicos de Universidad de Warwick han descubierto regiones del ADN de más de 100 millones de antigüedad en varias especies de plantas y que podrían tener información sobre como genes específicos son habilitados o deshabilitados y acelerar el paso en la investigación de ciencia de cultivos y seguridad en alimentos.

Por medio del análisis computacional del genoma de la papaya, álamo, Arabidopsis y algunos tipos de uva, los científicos han descubierto cientos de secuencias no codificantes conservadas en el ADN de las cuatro especies.

Estas secuencias no codificantes no son genes, pero están ubicadas como promotores de genes y serían alrededor de 100 pares base en longitud.

Ya que las cuatro especies han evolucionado separadamente por cerca de 100 millones de años, el hecho de que estas regiones estén bien conservadas sugiere que juegan un papel importante en el desarrollo y funcionamiento de las plantas.

El equipo de la Universidad de Warwick cree que estas regiones están relacionadas con el control de la expresión de genes en que se encuentran de acuerdo  a las condiciones medioambientales y estado de desarrollo de la planta. Por ejemplo, algunos genes serán indispensables para defenderse de patógenos y otros serán requeridos para germinar.

“Sabemos que ciertos genes se conservan entre especies  -pero también vemos que algunas secuencias fuera de los genes se conservan también”, dijo Sascha Ott. “Las regiones fuera de los genes que hemos descubierto se han mantenido por millones de años entre cuatro especies”.

“Debe haber una razón para esto -si se mantienen por tan largo tiempo deben ser útil para algo. Creemos que podría deberse a que estas regiones juegan un papel muy importante en la manera como la planta se desarrolla y funciona”.

“Es casi seguro que están relacionadas con el control de la expresión génica – un área vital para estudio de científicos que ayudará a desarrollar mejores cosechas con propiedades específicas, por ejemplo, tolerancia a la sequía. Al ubicar estas regiones específicas, hemos dado realce a lo que parece ser un parte del ADN muy muy antigua e importante”.

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