Choque masivo de agujeros negros da esperanza a los astrónomos de presenciar ondas gravitacionales

¿Qué representan las rítmicas oleadas de luz procedentes del quásar PG 1302-102?

Representación artística de dos agujeros negros supermasivos en ruta de choque en la constelación de Virgo (crédito: P. Marenfeld/NOAO/AURA/NSF)

Representación artística de dos agujeros negros supermasivos en ruta de choque en la constelación de Virgo (crédito: P. Marenfeld/NOAO/AURA/NSF)

Cómo luchadores estelares en un ring, un par de agujeros negros supermasivos están en camino a una colisión de dimensiones épicas. Una colisión tan poderosa que podría provocar una explosión de ondas gravitacionales que desfiguren el tejido mismo del espacio-tiempo.

Incluso ahora, la intensidad de este encuentro causa ondas rítmicas misteriosas de luz provenientes del quásar PG 1302-102 –a 3.5 mil millones de años luz en la constelación de Virgo.

“Esto es lo más cercano que  hemos llegado en observar dos agujeros negros en ruta de una colisión masiva”, dijo  Zoltan Haiman, astrónomo de la Universidad de Columbia en la revista Nature.

“El observar la manera en que este proceso llega a su culminación nos puede indicar si los agujeros negros y las galaxias crecen al mismo ritmo y ultimadamente poner a prueba una propiedad fundamental del espacio-tiempo: su capacidad de conducir vibraciones conocidas como ondas gravitacionales producidas en el estado último y más violento de este choque”.

El gran choque

Los astrónomos han calculado la masa combinada y relativa de los agujeros negros en PG 1302-102, permitiéndoles determinar el tiempo de choque: cerca de 100,000 años.

Mientras tanto, la creciente cantidad de agujeros negros binarios recientemente descubiertos da la esperanza a los científicos de poder presenciar una colisión en la siguiente década y detectar así ondas gravitacionales, indicó David Schiminovich, coautor del estudio.

Este tipo de detección permitiría “comprobar algunos secretos de la gravedad y poner a prueba la teoría de Einstein en el ambiente más extremo del universo, es decir, los agujeros negros”, dijo Daniel D’Orazio. “Llegar allí es el santo grial de nuestra especialidad”.

El estudio en Nature los encuentras en[ http://www.nature.com/nature/journal/v525/n7569/full/nature15262.html]