Cela microbiana de combustible mejorada  (crédito: Oregon State University)

Celda microbiana de combustible, mejorada (crédito: Oregon State University)

Ingenieros de la Universidad Estatal de Oregón (OSU por sus siglas en inglés) realizaron un gran avance en la generación de electricidad a través de celdas microbianas de combustible directamente de aguas negras, abriendo así las puertas para plantas de tratamiento que no sólo operarían con la electricidad que generen sino tendrían excedente.

La nueva tecnología desarrollada en OSU utiliza nuevos conceptos  -espacio reducido entre ánodo y cátodo, material nuevo para el separador y microbios evolucionados-  y puede producir más de dos kilowatts por metro cúbico de líquido  -de 10 a 50 veces más que la electricidad por unidad de volumen generada por otro tipo de celdas microbianas de combustible.

Esta tecnología limpia las aguas negras a través de un método muy distinto al de las bacterias aeróbicas utilizadas en el pasado. La bacteria oxida la materia orgánica y, en el proceso, genera electrones que van del ánodo al cátodo dentro de la celda de combustible, creando una corriente eléctrica.

Prácticamente, cualquier material de desecho orgánico puede utilizarse para producir electricidad  -no sólo las aguas negras, sino paja, desechos animales, desechos de procesos utilizados para el vino, cerveza, y la industria de la leche.

Los investigadores indicaron que esta tecnología podría eventualmente cambiar la manera en que los desechos son tratados en el mundo, reemplazando  el ampliamente usado proceso de “lodo activado” que hemos utilizado por casi un siglo. El nuevo método podría producir cantidades significantes de electricidad al tiempo que efectivamente limpia las aguas negras, sugirieron.

“Si esta tecnología funciona a escala comercial de la manera en que creemos funcionará, el tratamiento de aguas podría convertirse en un gran productor de energía y no, como hoy, un alto costo de energía”, indicó Hong Liu, profesor de esta universidad. “Podría tener un impacto en todo el mundo, ahorrar grandes cantidades de dinero, proporcionar mejor tratamiento del agua y promover la energía sustentable”.

Los expertos consideran que cerca del 3 por ciento de energía eléctrica consumida en los Estados Unidos de Norte América y otros países desarrollados se utiliza en tratamiento de aguas residuales, y una gran parte de esa electricidad se genera por combustibles fósiles.

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