Cuando tus ojos le indican a tus manos que deben pensar.

Configuración del experimento. (a) El participante sostiene un objeto con una canasta de peso colocada ya sea a su lado derecho o izquierdo.  Al momento de sostener verticalmente el objeto, el participante siente el jalón en la dirección del peso. la parte gris no era visible al participante. (b) una vista por detrás muestra la configuración del objeto hasta que el participante lo toma. (c) El participante ve una pantalla donde se muestra la imagen reflejada hacia la derecha o izquierda del objeto. La imagen simula la manera en que el objeto sería si la pantalla fuera rectangular.  (Crédito: Yangqing Xu, Shélan O’Keefe, Satoru Suzuki, Steven L Franconeri/Perception)

Configuración del experimento. (a) El participante sostiene un objeto con una canasta de peso colocada ya sea a su lado derecho o izquierdo. Al momento de sostener verticalmente el objeto, el participante siente el jalón en la dirección del peso. la parte gris no era visible al participante. (b) una vista por detrás muestra la configuración del objeto hasta que el participante lo toma. (c) El participante ve una pantalla donde se muestra la imagen reflejada hacia la derecha o izquierda del objeto. La imagen simula la manera en que el objeto sería si la pantalla fuera rectangular. (Crédito: Yangqing Xu, Shélan O’Keefe, Satoru Suzuki, Steven L Franconeri/Perception)

Es muy probable que nunca hayas pensado sobre el beber café por las mañanas. Agarrar la taza representa para tu cerebro una serie de decisiones complejas en las que nunca prestas atención. Es necesario que le indiques a tu mano que se mueva, que tome y levante la taza hasta tu boca sin tirar el contenido en tus piernas.

Un nuevo estudio de la Universidad Northwestern muestra que el cerebro no sólo toma esas decisiones por ti, sino que además te esconde información sobre la manera en que toma esas decisiones.

“Cuando tomas un objeto, tu cerebro automáticamente decide como controlará tus músculos basado en la información que los ojos le proporcionan sobre el posible peso y forma del objetivo” dijo Yangqing ‘Lucie’ Xu, quien encabeza este estudio. “Cuando levantas una taza de su oreja con tu mano derecha, requieres añadir un giro hacia la derecha para compensar el peso extra que ves del lado izquierdo de la taza”.

“En el experimento demostramos que el uso de esta información visual es tan poderoso y automático que no podemos apagarlo. Cuando la gente ve un objeto con más peso en una dirección, no pueden hacer nada más que ‘sentir’ el peso en esa dirección, incluso cuando saben que los están engañando”, dijo Xu.

Se realizaron dos experimentos. En el primero, se le pidió a la gente que tomara un objeto vertical con un peso sobre su lado izquierdo o derecho. Y aunque se les pidió a las personas que indicaran sobre que lado sentían el peso (con sus manos), la imagen visual influenció de manera tan fuerte que indicaban el lado de donde veían que el peso era mayor, incluso en ocasiones que el peso era menor en ese lado.

En el segundo experimento, los investigadores intentaron convencer a las personas que omitieran la información visual al explicarles la naturaleza del truco detalladamente.

“Las personas no pudieron ignorar la información visual”, dijo Cu. “En realidad, el mismo efecto operaba en nosotros mismos, ¡y nosotros fuimos los que diseñamos el experimento!”.

Steven Franconeri, co-autor del estudio, indicó que el cerebro está constantemente tomando decisiones por nosotros, decisiones que no conocemos o entendemos.

“Por lo general, estas decisiones son inteligentes y se toman en base a una vasta experiencia”, dijo. “El el ejemplo de este estudio, el cerebro está automáticamente utilizando información visual para decirle a las manos lo que están sintiendo. Podemos demostrar que estas decisiones están sucediendo por medio de la manipulación de la información que recibe el cerebro -al colocar la información al revés, como en un espejo, y ahora el cerebro le indica a las manos lo que están sintiendo, que es lo contrario de lo que en realidad sienten directamente las manos. La inferencia es obligatoria  -lo sientes aunque sabes que no es cierto”.

Franconeri indica que este es un bug en el funcionamiento del cerebro.

“En la gran mayoría de casos, deseas ‘delegar’ decisiones de este tipo a las parte inconsciente del cerebro, dejándote libre para concentrarte en problemas de solución menos directa, como seguir las señales al conducir un auto o deleitar un buen café”.

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