El dengue, generado por mosquitos, es responsable de la muerte de más de 20,000 personas en un año. Científicos de Oxford consideran que pueden resolver este problema por medio de la interrupción del apareamiento del mosquito en las áreas de algo riesgo con mosquitos  genéticamente modificados. Sin embargo, ¿es esto seguro?

Aedes aegypti (Crédito: Muhammad Mahdi Karim/Wikimedia Commons)

Aedes aegypti (Crédito: Muhammad Mahdi Karim/Wikimedia Commons)

Los mosquitos desarrollados en los laboratorios Oxitec, empresa de biotecnología inglesa ubicada en Didcot, ya han sido infiltrados en Brasil, Malasia, y las Islas Caimán, y serán muy pronto liberados en Panamá y la India.

La empresa espera reducir las poblaciones de mosquitos portadores de la enfermedad hasta en un 80% pero la oposición pública a todo lo que sea “genéticamente modificado” significa aún un obstáculo enorme a la posibilidad de salvar miles de vidas.

Las enfermedades ocasionadas por mosquitos son de los obstáculos mayores que evita el progreso económico en el tercer mundo. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, 200 millones de personas fueron víctimas de malaria en el 2010 y 655,000, la mayoría niños, fallecieron por esta causa. El dengue se cree que afecta alrededor de 50-100 millones de personas al año, con un resultado de 20,000 muertes.

Esta empresa, surgida de la Universidad de Oxford en el 2002, está primeramente dirigida a combatir la fiebre del dengue y su portador, el mosquito Aedes aegypti.

Luke Alphey, director científico de Oxitec, ideó una alternativa para esterilizar a los insectos machos: producir mosquitos modificados para requerir un antibiótico, tetraciclina, para desarrollarse más allá del estado larval. Los machos modificados son suministrados tetraciclina en el laboratorio y luego son liberados para que se reproduzcan con hembras en estado natural. Los insectos crías resultantes de esta mezcla requieren tetraciclina para desarrollarse y al no encontrarla mueren. Solamente se introducen machos al medio ambiente y en pocos días tanto ellos como sus crías están muertos.

Esta empresa, Oxford Insect Technologies, cree que su técnica es efectiva, barata y mucho menos dañina para el medio ambiente que el uso de pesticidas pero su problema es la frase “genéticamente modificado” y el temor que esta ocasiona.

De manera distinta a los granos genéticamente modificados, los mosquitos Oxitec no están diseñados para esparcir sus genes a sus crías o hacia otras especies. “No estamos dándoles ninguna ventaja a estos mosquitos, les estamos en realidad dando una desventaja, esterilidad, la cual es la desventaja más grande que puedes tener”, indicó Parry. “No pueden pasar sus genes a otras generaciones ya que cada uno de ellos es estéril,  simplemente desparecen.  No se cruzan con otras especies, por lo que no hay transmisión de genes hacia ningún lugar”.

Helen Wallace, directora de GeneWatch, indicó que ella encuentra varios problemas con los mosquitos de Oxitec y sus pruebas. Un problema mayor que encuentra, dice, es la tetraciclina  -el antibiótico que los mosquitos jóvenes requieren para sobrevivir-  y que se encuentra y usa en ganado y carne. En teoría, si un mosquito hembra, hija de uno modificado, pica carne o un animal que contenga tetraciclina, podría sobrevivir. Oxitec dice que esta posibilidad es muy pequeña y que sus pruebas más recientes en Islas Caimán, no encontraron un sólo mosquito que haya sobrevivido.

Otros críticos han acusado a Oxitec de falta de transparencia. A inicios de este año, científicos del Instituto Max Plack para Biología Evolutiva, en Alemania, revisaron la información relacionada con los insectos modificados liberados en Malasia y Gran Caimán por Oxitec. Los científicos indicaron que hay un “control científico deficiente de los documentos regulatorios y una ausencia general de descripciones exactas disponibles antes de que se diera la liberación de los mosquitos modificados”.

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