La huella del envejecimiento en el cerebro

Imagen inmunofluorescente del plexo coroideo. Las células epiteliales están en color verde y las proteínas quimiocina CXCK10 están en rojo. (Crédito: Weizmann Institute of Science)

Imagen inmunofluorescente del plexo coroideo. Las células epiteliales están en color verde y las proteínas quimiocina CXCK10 están en rojo. (Crédito: Weizmann Institute of Science)

Investigadores del Instituto de Ciencia Weizmann han encontrado evidencia de una “huella” única que podría ser el “eslabón  perdido” entre la disminución en la capacidad cognocitiva y el envejecimiento, y podría ser la clave para nuevos tratamientos que eviten o reviertan la disminución cognocitiva en las personas mayores, de acuerdo con Michal Schwartz, del Departamento de Neurobiología, y con Ido Amit, del Departamento de Inmunología.

Hasta hace una década, la creencia científica sostenida era que la barrera hematoencefálica evitaba que las células inmunes presentes en la sangre atacaran y destruyeran el tejido cerebral.

Sin embargo, en una larga serie de estudios, Schwartz demostró que en realidad el sistema inmune juega un papel crucial tanto en la recuperación cerebral después de una lesión y en mantener el funcionamiento normal del cerebro.

Edad inmunológica

El equipo de trabajo de Schwartz descubrió que esta interacción cerebro-sistema inmune se da a través de una barrera que es en realidad una interfase dentro del territorio cerebral: el plexo coroideo. Esta estructura se encuentra en cada uno de los cuatro ventriculos cerebrales y separa la sangre cerebral del líquido cefalorraquídeo.

“El plexo coroideo actúa como ‘control remoto’ para que el sistema inmune afecte la actividad cerebral”, explicó Schwartz. “Las señales bioquímicas de ‘peligro’ liberadas en el cerebro son detectadas a través de esta interfase; a su momento, las células inmunes colaboran en la comunicación con el plexo coroideo. Está diafonía es necesaria para preservar las capacidades cognitivas y promover la generación de nuevas células cerebrales”.

Este descubrimiento llevó a Schwartz a sugerir que la disminución cognocitiva al paso de los años podría estar conectado no sólo con ‘la edad cronológica’ que uno pueda tener sino también con la ‘edad inmunológica’, es decir, los cambios en la función inmune podrían influir cambios en la función cerebral y no necesariamente estár ligado a los años que uno tenga.

Para poner a prueba esta teoría, Schwartz, Kuti Baruch y Aleksandra Deczkowska se unieron a Amit y su grupo de investigación. Utilizaron tecnología de punta de secuenciamiento para trazar los cambios en la expresión genética en 11 órganos diferenes, incluyendo el plexo coroideo, tanto en ratones jóvenes como viejos, para identificar y comparar las rutas involucradas en el proceso de envejecimiento.

Encuentran huella o firma de envejecimiento

En la investigación, el equipo identificó una “firma de envejecimiento” única que existe solamente en el plexo coroideo. Descubrieron que uno de los elementos principales de esta huella o firma es el interferón beta, una proteína que el cuerpo produce normalmente para combatir infecciones virales.

Resulta que esta proteína parece tener un efecto negativo en el cerebro. Cuando los investigadores inyectaron un anticuerpo que bloqueaba la actividad del interfeón beta en el líquido cefalorraquídeo de ratones viejos, sus capacidades cognocitivas fueron restablecidas, así como también se restableció su capacidad de generar células cerebrales nuevas.

Los científicos pudieron también identificar esta firma única en los cerebros de adultos mayores.

Los científicos tienen la esperanza que este descubrimiento podría ayudar a prevenir o revertir la disminución cognocitiva en las personas mayores a través de encontrar la manera de rejuvener al edad inmunológica en el cerebro.

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