Sensor de tierra producido por Lockeed Martin, camuflado como una roca. (Crédito: Lockheed Martin)

Sensor de tierra producido por Lockeed Martin, camuflado como una roca. (Crédito: Lockheed Martin)

Después de que el ejército de los Estados Unidos abandone Afganistán en 2014, sensores del tamaño de la palma de tu mano, algunos camuflados como piedra o enterrados, con baterías solares recargables que les permitirá operar al menos por dos décadas, permanecerán en este país, reportó Wired Danger Room.

Estos sistemas “colócalos y olvídalos” para “vigilancia permanente” podrán detectar a cualquiera que se mueva cerca y reportarlo a las sedes de operación remotas.

“Dejaremos una gran cantidad de operadores especiales en Afganistán. Y requieren vigilar, por ejemplo, un poblado sin contar con grandes recursos en caminos y carreteras”, indicó Matt Plyburn, ejecutivo de Lockheed Martin, uno de los contratistas de defensa más importantes.

La Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos utiliza al día de hoy más de 7,500 de estos aparatos en la frontera mexicana para detectar inmigrantes ilegales. Los contratistas consideran que uno de los mercados mayores para la siguiente generación de sensores será precisamente en los hogares.

“Pueden utilizarse para seguridad fronteriza o alrededor de sedes corporativas”, dijo Plyburn a Danger Room.

Muy pronto, cuando uno de los sensores detecte una señal, lanzará un dirigible a espiar directamente sobre la procedencia de la señal. “Esta capacidad estará pronto disponible para todos”, añadió.

Mucho más sofisticados son los dispositivos a prueba en Norfolk, Virginia, en un campo de pruebas de Lockheed. Arreglos de hasta 50 sensores acústicos y sísmicos del tamaño de una mano forman una red. Cuando un sensor detecta a una persona o vehículo en la zona, utiliza una frecuencia de radio para pasar la alerta de un nodo al siguiente. La alerta finalmente llega a una compuerta de comunicación, y la enviará vía satélite, vía red de radio o vía inalámbrica al centro de comando y control. Esta señal puede alertar sensores adicionales -o puede enviar un mensaje similar a los de Twitter a un oficial de inteligencia a su teléfono o tablet.

Plyburn dijo que cada sensor tiene un costo alrededor de los 1,000 dólares -prácticamente nada para el ejército que paga hasta 80,000 por una sola ronda de artillería.

Puedes leer el artículo completo en inglés aquí.