Voyager 1 y su jornada histórica en el espacio interestelar

El concepto artístico representa a la nave Voyager 1 entrando al espacio interestelar  (crédito: NASA/JPL-Caltech)

El concepto artístico representa a la nave Voyager 1 entrando al espacio interestelar (crédito: NASA/JPL-Caltech)

La nave espacial Voyager 1 de la NASA es ya oficialmente el primer objeto hecho por el ser humano en aventurarse al espacio interestelar. La sonda de 36 años se encuentra a 19 mil millones de kilómetros de nuestro Sol.

Información nueva y sorprendente indica que el Voyager 1 ha estado viajando durante casi un año a través de plasma, o gas ionizado, presente en el espacio entre las estrellas. El Voyager 1 se encuentra en una región de transición inmediatamente afuera de la burbuja solar, donde algunos efectos ocasionados por nuestro Sol son aún evidentes.

“Ahora que contamos con información nueva e importante, consideramos que la este es el primer paso histórico de la humanidad en el espacio interesterlar”, dijo Ed Stone, científico del proyecto Voyager ubicado en el Instituto de Tecnología de California, Pasadena. “El equipo de trabajo del Voyager requería algún tiempo para analizar estas observaciones y darle un sentido. Sin embargo, ahora podemos responder la pregunta que nos hemos hecho estos años –‘¿Aún estamos allí?’ Y la respuesta es, sí, allí seguimos”.

El Voyager 1 detectó por primera vez la presión creciente del espacio interestelar en la heliósfera, la burbuja de partículas cargadas que rodean nuestro Sol y que va mucho más allá que los planetas externos, en el 2004. Los científicos entonces incrementaron su búsqueda de evidencia del arribo de la nave al espacio interestelar, sabiendo que el análisis de datos e información podría tomar meses o años.

El Voyager 1 no tiene un sensor de plasma en funcionamiento, por lo que los científicos tuvieron que utilizar formas distintas para medir el ambiente de plasma de la nave y determinar su exacta ubicación. Una emisión de masa coronal solar, o un incremento masivo del viento solar y campos magnéticos, que sucedió en marzo del 2012, proporcionó a los científicos la información que necesitaban.

Cuando este inesperado regalo del Sol eventualmente llegó al lugar del Voyager 1, lo que sucedió 13 meses después, en abril del 2013, el plasma alrededor de la nave empezó a vibrar como cuerda de violín. En abril 9, el instrumento de detección de ondas de plasma finalmente detectó el movimiento.

El tono de estas oscilaciones ayudó a los científicos a determinar la densidad del plasma. Las oscilaciones detectadas significó ubicar la nave espacial en un baño de plasma 40 veces más denso de lo que habían encontrado en la capa exterior de la heliósfera. Densidades de este tipo se espera que existan en el espacio interestelar.

El equipo científico que revisó la onda de plasma encontró un grupo de oscilaciones que se desvanecían en octubre y noviembre del 2012. A través de la extrapolación de mediciones de densidad de ambos eventos, el equipo determinó que el Voyager 1 entro por vez primera en el espacio interestelar en agosto del 2012.

“La nueva información del plasma sugiere sugiere un tiempo inicial que es consistente con cambios abruptos y duraderos en la densidad de partículas energéticas detectadas por primera vez en agosto 25 del 2012. El equipo del Voyager acepta por lo general esta fecha como el arribo al espacio interestelar. La cambios en el plasma y partículas cargadas estuvieron en donde se esperaba que fuera el cruce de la heliopausa”.

Los científicos esperar que los instrumentos de partículas y campos en el Voyager seguirán enviando información al menos hasta el año 2020.

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