Tu avatar puede ser sólo una identidad virtual, pero puede incluso afectar quien eres en el mundo real.

En este mundo de nuevas comunicaciones, las personas usan mucho de su tiempo interactuando con versiones digitales de los demás y de sí mismo”, dice Jeremy Bailenson.

Si pasas mucho de tu tiempo conectado, en línea, puedes incluso tener un alter ego electrónico -un avatar. Un avatar es una imagen movible que las personas usan para representarse a sí mismas en ambientes de realidad virtual o en ciberespacio.

Imagen de un avatar de Project LifeLike conversando con una persona.

Imagen de un avatar de Project LifeLike conversando con una persona.

“Por alguna razón, siempre he elegido personas muy bajas”, dice Oliver Castaneda, gamer y estudiante de Stanford.

“Yo tengo múltiples variaciones”, dice Michelle Del Rosario, otro gamer y estudiante de Virtual Human Interaction Lab (VHIL) at Stanford University. “Algunas veces elijo verme divertida, otras veces quiero parecer seria”.

Pareciera que los avatars son divertidos para los juegos, ¿pero pueden realmente cambiarnos? Jeremy Bailenson piensa que sí. Con apoyo de la National Science Fundation, creó el VHIL para estudiar, entre otras cosas, la influencia que los avatars ejercen sobre sus dueños reales.

“En el laboratorio hemos ido un poco más allá, y hemos argumentado que la razón por la que tienes un avatar es deb ido a que el avatar te hace un poco más humano que los humanos. Te da la posibilidad de hacer cosas que nunca podrías hacer en el mundo real. Podrías tener 10 años menos. Puedes cambiar tu sexo. Puedes tener 15 kilos más o menos. Cualquier comportamiento o apariencia que puedas imaginar, así puedes transformar tu avatar”, explica Bailenson.

Algunas veces los avatars están diseñados para ser versiones ideales de sus creadores, y hemos encontrado evidencia que la persona virtual empieza en algún punto a influir en la persona real.

“Recuerda, en el mundo virtual -estatura y belleza- son gratis. Hemos demostrado que si incrementar la estatura de tu avatar en 10 centímetros, ganarás una negociación comparado con lo contrario, quitarle 10 centímetros”.

Bailenson da otro ejemplo. “Uso algoritmos para crear un avatar de un estudiante de 20 años y le proporciono la oportunidad de ahorrar dinero o gastarlo frívolamente. El estudiante colocará el dinero en sus ahorros, de manera contraria a salir y usarlo en fiestas”.

Tu avatar puede incluso afectar tu condición física. En otra prueba, Del Rosario usa un avatar que se parece a ella. Al mismo tiempo que ella corre, el avatar lo hace también, y visiblemente pierde peso. Cuando Del Rosario se queda quieta, su avatar igualmente queda quieto y sube de peso. Como puedes suponer, es importante que el avatar se parezca a su creador.

Puedes leer el artículo en inglés completo aquí.