Con la ayuda de instructores humanos, un robot aprende a hablar de forma similar a un bebé pronunciando los nombres de formas simples y colores.
“Nuestro trabajo se enfoca en las etapas análogas tempranas de los bebés entre 6 y 14 meses, la transición entre el balbuceo y la formación de las primeras palabras”, escribió Caroline Lyon, científico de la computación de la Universidad de Hertfordshire.
El nombre del robot es DeeChee, y es un robot iCub (robot humanoide de un metro de altura utilizado para pruebas de investigación en conocimiento humano e inteligencia artificial), y está diseñado para simular un bebé. La similitud no es únicamente estética, de forma, sino que persigue un propósito funcional: muchos investigadores creen que cierto tipo de procesos de conocimiento están moldeados por la forma de los cuerpos dentro del cual ocurren. Un cerebro en una tina pensaría y aprendería muy distinto a un cerebro en un cuerpo.
Este campo de estudio es conocido como conocimiento corporal y en el robot bebé DeeChee se aplica al aprendizaje de bloques básicos de construcción del lenguaje, un proceso que en los seres humanos adquiere forma debido a una exquisita sensibilidad a la frecuencia de los sonidos.
El uso de DeeChee también posibilita a los investigadores cuantificar la transición del balbuceo a la formación de palabras reconocibles en todo su detalle, definiendo ligas especificas entre las frecuencias del sonido y la ejecución del robot que podría, eventualmente, dar cuenta sobre el aprendizaje humano.
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