Por primera vez, una persona recostada en una máquina fMRI controló un robot a cientos de kilómetros utilizando sólo su pensamiento.

Estas áreas de la corteza motora son activadas cuando se piensa acerca de mover las partes del propio cuerpo. (Crédito: A. Hheddar/New Scientist)

Estas áreas de la corteza motora son activadas cuando se piensa acerca de mover las partes del propio cuerpo. (Crédito: A. Hheddar/New Scientist)

“El objetivo último es crear un substituto, como en Avatar, aunque aún nos falta mucho para eso”, indicó Abderrahmane Kheddar, director del laboratorio de robótica del Instituto Nacional de Ciencia Industrial Avanzada y Tecnología de Tsukuba, Japón.

Robots teleoperados, esos que pueden ser remotamente controlados por humanos, han estado con nosotros por décadas. Kheddar y sus colegas han dado un pasó más. “Una verdadera personificación va mucho más allá que la telepresencia clásica, al hacerte sentir que la cosa que te personifica es parte real de ti”, dijo Kheddar. “Ese es el sentimiento que queremos alcanzar.”

Para lograr esta hazaña, investigadores del proyecto de Personificación Virtual y Robótica utilizó un escáner fMRI en el cerebro del estudiante Tirosh Shapira, al tiempo que imaginaba mover partes de su cuerpo. El intento consistía en tratar de mover un avatar virtual por medio del pensamiento al intentar mover su mano derecho o izquierda, o sus piernas.

El escáner mide los cambios de flujo de sangre en la corteza motora primaria del cerebro, y de esta manera el equipo de investigación pudo crear un algoritmo que podía distinguir cada pensamiento de movimiento. Los comandos se enviaron posteriormente vía internet hasta un pequeño robot ubicado en el Instituto de Tecnología Béziers, en Francia.

La configuración utilizada permitió a Shapira controlar el robot en casi tiempo real con su pensamiento, al tiempo que una cámara ubicada en la cabeza del robot le permitía ver la perspectiva del robot. Cuando pensaba en mover su mano derecha o izquierda, el robot movía en 30 grados la mano correspondiente. Imaginaba que movía sus piernas y el robot caminaba.

Para medir la extensión de su percepción de personificación, los investigadores sorprendieron a Shapira con un espejo. “Realmente sentí que estaba allí” dijo Shapira. “Cuando la conexión falló, uno de los miembros del equipo levantó el robot para ver qué problema había, y yo dije ‘Oi, bájame'”.

El cerebro es fácilmente engañado por medio de la incorporación de una entidad externa como la propia. Desde hace más de una década, los sicólogos han descubierto que se puede convencer a las personas que una mano de hule es su mano verdadera al colocar una mesa en frente de ellos y golpearla de la misma manera que se hace con una mano real. “Estamos analizando que tipo de ilusiones sensoriales podemos incorporar en una siguiente etapa para aumentar el sentimiento de personificación”, dijo Kheddar. Tal ilusión podría involucrar la estimulación de músculos para crear la sensación de movimiento.

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El Proyecto de Personificación Virtual lo encuentras aquí.