Varios científicos reportan nueva evidencia de que el tejido grasoso -lejos de ser únicamente un depósito de calorías sobrantes- se mantienen en realidad muy activas enviando señales químicas a otras partes del cuerpo, quizá incrementando de esa manera el riesgo de ataques al corazón, cáncer, y otras enfermedades.

Reportan el descubrimiento de 20 nuevas hormonas y otras sustancias no conocidas previamente y que son depositadas en la sangre cubiertas por las células grasas y la verificación de que la grasa secreta docenas de hormonas y otros químicos que actúan como mensajeros. El estudio apareció en el número mensual de Journal of Proteome Research.

Anja Rosenow, de Maastricht University, hace notar que el exceso de grasa contribuye a enfermedades del corazón, diabetes, cáncer, y otro tipo de enfermedades. Se pensó en el pasado que las células grasas eran únicamente acumulaciones adicionales de grasa. Sin embargo, nuevos estudios han demostrado que la grasa secreta cierto tipo de hormonas y otras sustancias al igual que otros órganos del cuerpo. Entre esas sustancias se encuentra la leptina, que controla el apetito, y la adiponectina, que hace el cuerpo más sensible a la insulina y controla los niveles de azúcar en la sangre. Hasta el momento poco se conoce sobre la forma en que las proteínas producen millones de células grasas en el cuerpo adulto.

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