Imágenes de la región polar norte de Mercurio provenientes de MESSENGER  (crédito: NASA/Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory/Carnegie Institution of Washington/National Astronomy and Ionosphere Center, Arecibo Observatory)

Imágenes de la región polar norte de Mercurio provenientes de MESSENGER (crédito: NASA/Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory/Carnegie Institution of Washington/National Astronomy and Ionosphere Center, Arecibo Observatory)

Instrumentos a bordo de la nave espacial MESSENGER (MErcury Surface, Space ENvironment, GEochemistry, and Ranging), de la NASA, han proporcionado evidencia para la confirmación de una hipótesis que ha esperado largo tiempo: Mercurio tiene abundante agua y otros materiales volátiles en forma de hielo en sus cráteres polares, permanentemente en la sombra.

“Lo último que esperarías de un planeta tan cerca del Sol es hielo”, dijo Matthew Siegler, científico del Jet Propulsion Laboratory. “Pero debido a su muy pequeña  inclinación, los cráteres cercanos a los polos permanecen en la sombra durante todo el año y pueden ser extremadamente fríos”.

Varios científicos habían sugerido hace décadas que podría haber hielo y otros materiales volátiles en los polos de Mercurio. Esta idea recibió gran apoyo en 1991 cuando el radio-telescopio Arecibo, en Puerto Rico, detectó partes brillantes en los polos de este planeta.

Muchas de estas partes correspondían a lugares donde se ubican grandes cráteres mapeados por Mariner 10 en los 70. Sin embargo, debido al hecho que Mariner 10 observó menos del 50 por ciento del planeta, se carecía de un mapa completo de los polos para comparar con las imágenes del radar.

Las imágenes provenientes de MESSENGER 2011 y en los primeros meses de este año, confirmaron que las características brillantes de los polos sur y norte de Mercurio se encontraban en regiones de sombra en la superficie del planeta. Este descubrimiento es consistente con la hipótesis de hielo en los polos.

“La nueva información indica que el hielo en las regiones polares de Mercurio, si se extendiera en una superficie similar a la de Washington D.C., tendría un grosor de más de 3 kilómetros”, indicó David Lawrence, científico participante en MESSENGER en la Universidad Johns Hopkins, uno de los autores de los artículos que reportan el descubrimiento.

Las nuevas observaciones apoyan la idea que el hielo es el principal componente de los depósitos del polo norte de Mercurio. Estas mediciones también revelan que el hielo se encuentra expuesto en la superficie de las partes más frías, pero debajo de material inusualmente oscuro en la mayoría de depósitos. En las áreas donde el hielo es subterráneo,  las temperaturas en la superficie son ligeramente arriba del calor requerido para que el hielo sea estable.

“En los lugares donde se predijo que era lo suficientemente frío, MESSENGER encontró depósitos brillantes”, dijo Siegler. “Donde es ligeramente más caliente, lugares donde el hielo es estable pero debajo de otro material, encontramos un material más oscuro que cualquier otra cosa vista en Mercurio cubriendo la superficie”.

El material oscuro es muy posible que sea una mezcla de componentes orgánicos complejos depositamos en Mercurio por cometas y asteroides, el mismo tipo de objetos que muy probablemente depositó agua en los planetas interiores.

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