Investigadores de la Universidad de Pensilvania han desarrollado un sensor químico que combina transistores de nanotubos de carbono con proteínas olfativas receptoras, los componentes celulares en la nariz que detectan los olores.

El sensor comprime una pared de nonotubos de carbono formado de transistores de efecto de campo (swCN-FET) con una capa a nanoescala de una sola cadena de ADN adherida a la pared exterior del los tubos. La corriente a través del swCN-FET muestra una respuesta característica a los analitos gaseosos. Está respuesta varia dependiendo de la secuencia base del ssDNA que se absorbe.

Diagrama esquemático de transistor de nanotubo de carbono funcionando conjuntamente con receptores olfativos de ratón sobre nanodiscos.

Diagrama esquemático de transistor de nanotubo de carbono funcionando conjuntamente con receptores olfativos de ratón sobre nanodiscos.

La prueba crucial para este dispositivo fue funcionar como sensor de químicos en el aire. Estos receptores olfatorios de grafito podrían ser utilizados para una nariz artificial o para investigación farmacéutica, indicaron los científicos.

La investigación fue apoyada por el proyecto Defense Advanced Research Projects Agency’s RealNose, el Penn’s Nano/Bio Interface Center, el National Science Foundation, y el Departamento de Defensa de Estados Unidos.

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