Investigadores de las escuelas de ciencia y de medicina en la Indiana University-Purdue University Indianapolis (IUPUI) han examinado los efectos de las nanopartículas de carbono (CNPs por sus siglas en inglés) en las células vivas. Este estudio es en los primeros que analiza las concentraciones de CNPs en los individuos.

Nanopartículas de carbono de una pared y pared múltiple

Nanopartículas de carbono de una pared y pared múltiple

Los efectos que tiene la exposición del cuerpo humano a las CNPs están apenas empezando a revelarse. Los efectos al nivel bajo de concentración estudiado por la IUPUI es equivalente a lo que podría resultar al no tirar en un lugar apropiado una televisión o computadora cuya pantalla contenga CNPs, o vivir cerca de una fábrica productora de CNPs, o trabajar con CNPs.

La investigación se centra en los efectos de baja concentración de CNP en las células de riñones. Los investigadores encontraron que existen motivos suficientes de preocupación y efectos no deseados.

“A diferencia de otros muchos estudios, usamos bajas concentraciones de CNPs que son típicos o que podrían introducirse al cuerpo al respirar aire con CNPs a partir de la contaminación ambiental. Notamos que estas partículas diminutas causan agujeros en el tejido celular de las nefronas renales” indicó Bonnie Blazer-Yost. “El romper esta barrera biológica nos preocupa ya que lo que debiera retenerse en la orina puede introducirse de nuevo en el torrente sanguíneo y lo que debiera estar en la sangre pasarse a la orina. Las sustancias biológicas así como los desperdicios son peligrosos si van donde se supone no deben ir”.

“Estos CNPs no matan células, es decir, no son letales, pero sí afectan a las células y en este caso con un efecto adverso”, indicó Frank Witzmann. Las barreras biológicas son de extrema importancia para la salud humana. La barrera mejor estudiada es la piel, pero hay otras muchas. “El cuerpo humano requiere tener intactas sus barreras, ya sea en la piel, sus entradas de aire, las paredes de sus vísceras, o las células de riñones que se estudiaron aquí. Se requiere un mejor entendimiento de como los CNPs modifican y cambian este tipo de barreras ya que cada vez se hacen más y más comunes en el aire que respiramos”, indicó.

Los dos investigadores hicieron notar que estas fuertes partículas, visibles sólo bajo un microscopio de electrones, son muy útiles para el suministro de medicinas y la electrónica avanzada. Lo que les preocupa es el peligro de la exposición humana a los CNPs a partir de elaboración no apropiada y el manejo de desechos.

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