La eficiencia eléctrica en la computación (el número de operaciones que pueden completarse por kilowatt-hora de electricidad utilizada) se ha duplicado cada año y medio desde los inicios mismos de la computación.
El poder requerido para ejecutar una tarea con un número fijo de operaciones continuará decreciendo a la mitad cada 1.5 años (o un factor de 100 cada década). Como resultado, dispositivos más pequeños y con menos consumo eléctrico proliferarán, preparando el camino para una nueva computación móvil y comunicaciones que de manera importante incrementarán nuestra posibilidad de recolectar y usar información en tiempo real.
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