En la base de este experimento se encuentra un resonador óptico que consiste en dos espejos altamente reflejantes (Crédito: C. Lackner/University of Innsbruck)

En la base de este experimento se encuentra un resonador óptico que consiste en dos espejos altamente reflejantes (Crédito: C. Lackner/University of Innsbruck)

Físicos de la Universidad de Innsbruck han construido una interfase para redes cuánticas  -la primer interfase entre un ion y un protón individuales y que es a la vez eficiente y ajustable a voluntad.

Las computadoras cuánticas del futuro pueden ser muchas veces más poderosas que nuestras actuales supercomputadoras. Sin embargo, para permitir la comunicación entre sí de computadoras cuánticas ubicadas en lugares distintos, deben estar ligadas a una red, lo cual requiere interfases confiables entre los procesadores cuánticos y los canales de información óptica.

En contraste con la información clásica, la información cuántica no puede copiarse sin corromperse (debido al teorema no-cloning). En su lugar, los físicos buscan las maneras de transferir información cuántica entre la materia y la luz usando el entrelazamiento cuántico, la propiedad en el cual el estado de una partícula depende del estado de una segunda.

El equipo físico es encabezado por Rainer Blatt, Tracy Northup y Andreas Stute. Este equipo ha desarrollado un dispositivo experimental que atrapa un ion de calcio individual en una Paul trap y lo coloca entre dos espejos altamente reflejantes. El ion es excitado por medio de un láser, lo que ocasiona la generación de un protón entrelazado con el ion y que se refleja ida y vuelta en los espejos.

El ajuste a voluntad del entrelazamiento entre el ion y el protón es posible por medio de la frecuencia y la amplitud del láser que se aplica.

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