Un nuevo estudio del Instituto Tecnológico de Massachussets, MIT por sus siglas en inglés, documenta la existencia de una inteligencia colectiva entre grupos de personas que colaboran bien, mostrando que tal inteligencia se extiende más allá de las habilidades de los miembros individuales del grupo y que la tendencia a cooperar de manera efectiva está ligada al número de mujeres en el grupo.

Varios científicos sociales han largamente sostenido que la capacidad de los individuos en solucionar tareas de conocimiento diversas da un nivel de medición de la inteligencia de cada persona. En un estudio publicado el 30 de septiembre en la revista Science, se aplicó un principio similar a equipos reducidos de trabajo. Descubrieron que los equipos con una dinámica interna correcta se desempeñan bien en un rango amplio de actividades, un descubrimiento con aplicaciones potenciales para negocios y otras organizaciones.

“No teníamos idea si los grupos mostrarían una habilidad general de conocimiento en varias tareas”, dijo Thomas W. Malone, profesor del MIT. “Sin embargo, descubrimos que hay una efectividad general, un tipo de inteligencia colectiva, que predice el rendimiento del grupo en muchas situaciones”.

Esa efectividad, creen los científicos, se desprende del hecho de qué tan bien se trabaja en grupo. Los grupos cuyos miembros tenían niveles mayores de “sensibilidad social”  -el deseo del grupo de que todos sus miembros participaran y aplicaran sus habilidades a un reto dado-  tenían mayor inteligencia colectiva. “La sensibilidad social tiene mucho que ver en qué tan bien perciben los miembros del grupo las emociones de los otros”, dijo Malone. “En los grupos donde una persona dominó, el grupo era menos inteligente que en grupos donde los turnos conversacionales estaban más distribuidos”. Los grupos con mayor cantidad de mujeres demostraron mayor sensibilidad social y por consiguiente mayor inteligencia colectiva, comparados con aquellos que tenían menor cantidad de mujeres.

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