Es difícil de creer pero pronto, si no es que ya, la web se convertirá en algo mucho menos interesante para los consumidores, justo cuando se acerca a su vigésimo aniversario.
De acuerdo con Morgan Stanley, dentro de los siguientes 5 años, el consumo de internet con dispositivos móviles sobrepasará la actividad de los equipos de escritorio. Esto suena bien. Es normal pensar que los navegadores en los celulares y en las tablets simplemente reemplazarán el tiempo que ahora se usa enfrente de las PCs. Sin embargo, no es el caso.
Los dispositivos móviles, por su naturaleza, obligan a los usuarios a ser más orientados en el uso. Mientras el consumo de internet se desplaza a los dispositivos móviles, se convierte cada vez más en una aplicación diaria del mundo en que vivimos. Innovación, diversión, simplicidad y utilerías para un sólo propósito serán la regla, y el diseño grandioso y la complejidad se esfumarán poco a poco.
No será suficiente construir aplicaciones móviles que reconstruyan el contenido para plataformas diferentes. Es como si los periódicos llevaran su experiencia en la imprenta y tratar de replicarla en la web, tal y como sucedió en 1990. Tendremos que repensar, mezclar y rediseñar el manejo de la información para toda una nueva plataforma.
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