Explosión de rayos gamma ‘sorprendentemente fuerte’

Foto tomada por el telescopio de rayos X de la NASA a bordo del satélite Swift con una exposición de 0.1 segundos de la GRB 130427A a las 3:50 a.m. EDT, abril 27, justo momentos después que el Swift y el Fermi fueran activados por esta explosión.  (Crédito: NASA/Swift/Stefan Immler)

Foto tomada por el telescopio de rayos X de la NASA a bordo del satélite Swift con una exposición de 0.1 segundos de la GRB 130427A a las 3:50 a.m. EDT, abril 27, justo momentos después que el Swift y el Fermi fueran activados por esta explosión. (Crédito: NASA/Swift/Stefan Immler)

Un incremento sin precedentes de rayos gamma desde una estrella moribunda ubicada en una galaxia ubicada a 3.6 mil millones de años luz ha cautivado a los astrónomos alrededor del mundo –la luz con más alta energía detectada hasta el momento para un evento de tal naturaleza.

El 27 de abril 3:47 EDT, el Gamma-ray Burst Monitor del satélite Fermi (GBM) fue activado por una erupción, conocida como  GRB 130427A, de luz de alta energía en la constelación de Leo.

El Large Area Telescope, del satélite Fermi (LAT), grabó rayos gamma con una energía de al menos 94 mil millones electrón volt (GeV), o en otras palabras, 35 mil millones de veces la energía de la luz visible y cerca de tres veces mayor que lo grabado previamente en el telescopio.

La emisión GeV de la explosión duró varias horas, y permaneció detectable para el LAT la mayor parte del día, colocando así una nueva marca de la emisión más larga de rayos gamma desde un GRB.

Posteriormente, la explosión fue también detectada en longitudes de onda óptica, infrarroja y de radio en observatorios terrestres.

Las explosiones de rayos gamma son las explosiones más luminosas que tenemos noticias en el universo. Los astrónomos creen que la mayoría de estas explosiones ocurren cuando estrellas masivas han consumido su combustible nuclear y colapsan bajo su propio peso. A medida que el núcleo colapsa para convertirse en un agujero negro, emite explosiones de materia hacia fuera a una velocidad cercana a la velocidad de la luz.

Los chorros de materia y energía atraviesan el espacio de la estrella que colapsa y son emitidos al espacio, donde interactúan con gas emitido previamente por la estrella y generan resplandores brillantes que desaparecen con el tiempo.

Si la GRB es lo suficientemente cercana, los astrónomos por lo general descubren una supernova en ese sitio alrededor de una semana después de la gran explosión.

Los observatorios terrestres están vigilando el lugar de la GRB 130427A y esperan encontrar una supernova a mediados del presente mes en ese lugar.

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El mapa en esta animación muestra como luce el cielo cn explosiones de rayos gamma mayores de 100 millones electrón volts (MeV) con una vista centrada en el polo norte galáctico. El primer cuadro muestra un intervalo de tres horas anterior a la GRB 130427A. El segundo cuadro muestra un intervalo  de tres horas iniciando 2.5 horas antes de la explosión y finalizando 30 minutos después de ese evento. El equipo del Fermi eligió este intervalo para demostrar lo brillante que una explosión de rayos gamma puede ser en relación al resto del cielo. Esta explosión fue lo suficientemente brillante como para que de manera autónoma el Fermi abandonara su vigilancia normal para darle al instrumento LAT una mejor vista, por lo que las tres horas siguientes después de la explosión no cubre el cielo completo, como es lo usual. (Crédito: NASA/DOE/Fermi LAT Collaboration)

El mapa en esta animación muestra como luce el cielo con explosiones de rayos gamma mayores de 100 millones electrón volts (MeV) con una vista centrada en el polo norte galáctico. El primer cuadro muestra un intervalo de tres horas anterior a la GRB 130427A. El segundo cuadro muestra un intervalo de tres horas iniciando 2.5 horas antes de la explosión y finalizando 30 minutos después de ese evento. El equipo del Fermi eligió este intervalo para demostrar lo brillante que una explosión de rayos gamma puede ser en relación al resto del cielo. Esta explosión fue lo suficientemente brillante como para que de manera autónoma el Fermi abandonara su vigilancia normal para darle al instrumento LAT una mejor vista, por lo que las tres horas siguientes después de la explosión no cubre el cielo completo, como es lo usual. (Crédito: NASA/DOE/Fermi LAT Collaboration)