Los avances en inteligencia artificial y modelado en computadora están ya permitiendo a los terapistas practicar la “ciberterapia” más efectivamente, usando ambientes virtuales para ayudar a las personas a reponerse de sus fobias, tales como miedo a las alturas o los espacios públicos.

Los investigadores están poblando los mundos virtuales con humanos autónomos y virtuales que pueden evocar las mismas tensiones, tal y como se encontrará en la vida real. Las personas con ansiedad social se quedan paralizadas cuando un extraño virtual los aborda con alguna pregunta. Los alcohólicos sienten una urgencia tremenda de ordenar una copa al bartender virtual, mientras que los adictos a los juegos se unen a un grupo de juego para operar máquinas virtuales de monedas.

En un estudio reciente, investigadores de la Universidad de Quebec encontraron que los confidentes virtuales pueden llegar al primer elemento crucial de toda terapia: apertura. Los científicos están incorporando todas las técnicas aprendidas en un agente virtual que se está desarrollando para el ejército canadiense, llamado SimCoach. Guiado por software de reconocimiento de voz, SimCoach  -hay varias versiones, hombre y mujer, joven y anciano, blanco y negro-  aparece en una pantalla de computadora y puede realizar una entrevista de manera rudimentaria, realizando una prueba cordial en busca de trabas mentales.

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