¿En dónde se vive más?

(Crédito: World Life Expectancy)

(Crédito: World Life Expectancy)

La esperanza de vida es un promedio que fluctúa con la edad a medida que los riesgos que enfrentamos cambian a través de nuestra vida. Ambos factores, la edad y los riesgos, frecuentemente causan malos entendidos estadísticos.

La alta tasa de mortalidad infantil reduce la cifra substancialmente y podría llevar a observadores contemporáneos a la conclusión errónea que la mayoría de humanos mueren muy jóvenes, incluso en un pasado no tan lejano.

Antes del Paleolítico Superior, los humanos morían extremadamente jóvenes, la mayoría antes de cumplir 30 años. Luego, en la Edad de Piedra tardía, hubo un incremento significativo en el número de personas que fallecían más allá de esa edad, como adultos maduros.

Rachel Caspari, antropóloga de la Universidad de Michigan Central, descubrió que alrededor de hace 30,000 años, durante el Paleolítico Superior, hubo un cambio demográfico: Caspari contó 20 adultos mayores por cada 10 adultos jóvenes, coincidiendo con una explosión de producción cultural.

Actualmente, la expectativa de vida al nacer en Estados Unidos es de casi 79 años, siendo la misma a la edad de 25 años, pero el promedio no ha aumentado desde hace varios años.

Las mayores barreras para mejorar la esperanza de vida en Estados Unidos tienen que ver con problemas de índole social, dice Justin Denney, profesor de sociología en Universidad Rice, como el incremento de uso en casas de contaminantes de plomo y asbesto o el estrés crónico.

“Mira a los países con la esperanza de vida más alta”, dice Denney, refiriéndose a lugares como Japón, Australia, Canadá y Suiza –naciones que distribuyen sus recursos de salud mejor, más uniformemente. “Ultimadamente”, dice, “la esperanza de vida es una medición de la calidad de vida en esos lugares”.

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