Geoff Marcy ha recibido una beca de la Fundación Templeton, de Inglaterra, para adentrarse en la búsqueda de esferas Dyson.

Esfera Dyson en construcción (crédito: Steve Bowers)

Esfera Dyson en construcción (crédito: Steve Bowers)

Freeman Dyson lanzó su hipótesis de estas vastas estructuras hace más de 50 años, estructuras que podrían rodear o incluir completamente a su propia estrella. Tal tipo de estructuras  -resultado de una Civilización Tipo II en la Escala de Kardashev–  capaz de aprovechar toda la energía saliente de la estrella, sería el suministro para sociedades que requieran altísimos niveles de consumo de energía y ofrecer reservas para una expansión continuada de esa sociedad en el cosmos, si ese el camino elegido.

El plan de Marcy es observar alrededor de mil sistemas reportados por el telescopio espacial Kepler en búsqueda de evidencia de estas estructuras por medio del examen minucioso en los cambios de niveles de luz alrededor de la estrella.

De forma por demás interesante, la beca de 200,000 dólares va más allá de la sola búsqueda de esferas Dyson y entra en el terreno de un posible tráfico láser entre civilizaciones extraterrestres.

Marcy dijo que “Civilizaciones altamente tecnológicas pueden comunicarse con sus sondas espaciales localizadas en toda la galaxia por medio del uso de rayo láser, ya sea en luz visible o infrarroja. La luz láser puede ser detectada por otras civilizaciones ya que su poder se concentra en un rayo de luz angosto de un sólo tipo de color o frecuencia. Los láser eclipsan la estrella madre con su propio color”.

El tema de las esferas de Dyson hace recordar a Richard Carrigan. Carrigan, físico del Fermilab, retirado, ha estudiado la información proveniente del Satélite Astronómico Infrarrojo (IRAS) para identificar objetos que irradian calor residual de maneras que implican que allí existe una estrella completamente cubierta por una esfera Dyson. Esta es búsqueda extraterrestre SETI no convencional ya que presume que no existen faros anunciándose deliveradamente hacia el cosmos, sino que busca signos que son consecuencias naturales de la física.

Carrigan estima que una estrella similar a nuestro Sol, si se encierra dentro de un escudo con el radio terrestre, re-emitiría sus energías en 300 Kelvin aproximadamente. Marcy tomará en cuenta algunas de las ideas de lo que Carrigan llama “arqueología cósmica” para el estudio de sistemas estelares conocidos por tener planetas, gracias al trabajo del telescopio espacial Kepler.

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