En Silicon Valley, la linea divisoria entre la computación y la biología ha empezado a ser borrosa de una manera que genera grandes expectativas para la longevidad humana. Bill Banyai, físico óptico de Complete Genomics, ha colaborado a que así sea. Su experiencia digital fue esencial en el diseño de un proceso que automatiza y disminuye enormemente el costo para mapear los 3mil millones de pares base que forman el genoma humano.
La promesa es que el bajo costo de la secuenciación del genoma humano traerá consigo una nueva era de medicina personalizada, acarreando consigo nuevas formas de tratamiento para el cáncer y otros enfermedades graves. La llegada de tal tipo de curas ha sido lenta por el costo, aunque el genoma humano fue secuenciado por primera vez hace más de diez años.
Sin embargo, el cambio está a la vista: hay un incremento exponencial en el crecimiento del poder de cómputo y la densidad de transistores, lo que hace que los costos se desplomen a un paso acelerado. El resultado inmediato es que tendremos un nuevo entendimiento de las enfermedades y nuevas medicinas llegarán rápidamente, de acuerdo con biólogos y científicos de la computación.
“Durante toda la historia de la humanidad, los humanos no hemos tenido la lectura del software que nos hace vivir”, indicó Larry Smarr. “Una vez realizada la transición de un ambiente con poca información a uno con mucha información, todo cambia”.
Las similitudes entre la evolución de la naciente industria de secuencia del genoma y la de fabricantes de chip en Silicon Valley son asombrosas. Al incorporar más circuitos en una oblea de silicio a un ritmo exponencial desde inicios de 1960, la industria de los semiconductores ha transformado el costo de la computación. Como resultado, la supercomputadora más poderosa de los años 80s yace en la palma de tu mano a un costo de sólo varios cientos de dólares.
Puedes leer el artículo completo en inglés aquí.
Comentarios