Al utilizar una simple mezcla de partes seleccionadas de ADN y otras moléculas, se podría construir miles de millones de nanoestructuras idénticas autoensambladas. Esto quedó demostrado por Chris Dwyer, profesor asistente de ingeniería y computación en la Universidad de Duke.

Cuando diferentes moléculas sensibles a la luz se añaden a la mezcla de nanoestructuras,  muestran propiedades únicas programables que son fácilmente manejadas.

Al usar la luz para excitar estas moléculas, conocidas como cromóforos, Dwyer  pudo crear compuertas lógicas simples. Estas nanoestructuras pueden ser usadas para construir bloques con una gran variedad de aplicaciones, que van desde dispositivos médicos hasta elementos de computación.

“Cuando la luz se aplica sobre los cromóforos, éstos la absorben y excita a los electrones”, dijo Dwyer. “La energía liberada pasa a un tipo diferente de cromóforo cercano, que la absorbe y entonces emite luz de diferentes longitudes de onda. La diferencia significa que esta luz de salida puede fácilmente ser diferenciada de la luz de entrada, usando un detector.”

En lugar de circuitos convencionales que usan corriente eléctrica para cambiar rápidamente entre unos y ceros, o entre sí y no, la luz puede ser usada para estimular respuestas similares pero provenientes de interruptores basados en el ADN, mucho más rápidos.

Debido a que estas nanoestructuras se comportan básicamente como sensores, se abren las puertas para multitud de aplicaciones biomédicas. Pequeñas nanoestructuras podrían ser construídas de manera que respondan a proteínas diferentes y que identifican enfermedades en una simple gota de sangre.

La investigación de Dwyer es apoyada por el National Science Fundation, por el Air Force Research Laboratory, la Defense Advanced Research Projects Agency, y la Army Research Office.

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