Científicos colocan genes con 500 millones de antigüedad en un organismo moderno.

La bacteria EF-Tu interactúa con más de 100 compañeros celulares, incluyendo ribosomas, tRNA, aminoácidos, GTP, EF-Ts y más. Esta gráfica muestra las más de 50 parejas del EF-Tu que se han validado experimentalmente (no se muestran las uniones de ácidos nucléicos)  (Crédito: Betül Kaçar and Eric Gaucher, Artificial Life)

La bacteria EF-Tu interactúa con más de 100 compañeros celulares, incluyendo ribosomas, tRNA, aminoácidos, GTP, EF-Ts y más. Esta gráfica muestra las más de 50 parejas del EF-Tu que se han validado experimentalmente (no se muestran las uniones de ácidos nucléicos) (Crédito: Betül Kaçar and Eric Gaucher, Artificial Life)

Este proyecto cubre más de 500 millones de años. Pero esta vez, en lugar de suceder en Jurasic Park está sucediendo en un laboratorio en el Instituto de Tecnología de Georgia.

Por medio del uso de un proceso llamado evolución paleo-experimental, investigadores de Georgia Tech han resucitado un gen de bateria de 500 millones de años de antigüedad y lo insertaron en una bacteria moderna conocida como Escherichia coli (E. coli). Esta bacteria ha crecido hasta el momento por más de 1,000 generaciones, dando a los científicos la oportunidad de estudiar la evolución en acción.

“Esto es lo más cercano que podemos regresar y pasar otra vez el casete de la vida molecular”, dijo el científico Betül Kacar, de la NASA.

“La posibilidad de observar un gen antiguo en un organismo moderno al tiempo que evoluciona dentro de una célula actual  nos permite observar si una trayectoria evolutiva que alguna vez se recorrió se repetiría nuevamente o si la vida se adaptará siguiendo un camino distinto”.

Cuando los investigadores estudiaron el resultado, notaron que cada gen EF-Tu no acumuló mutaciones. Al contrario, la proteína moderna que interactúo con el gen antiguo EF-Tu de la bacteria había sufrido mutaciones y estas mutaciones fueron las responsables de la rápida adaptación que incrementó la aptitud de la bacteria. Es  decir, el gen antiguo no sufrió mutaciones para parecerse a su forma moderna, sino que la bacteria encontró una nueva trayectoria evolutiva para adaptarse.

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