Científicos de la Universidad de Yale han construido el primer dispositivo anti-láser, en el cual rayos de luz interfieren con el otro de tal manera que se cancelan de manera perfecta. El descubrimiento podría dar paso a un gran número de tecnologías novedosas con aplicaciones que van de la computación óptica hasta la radiología.

En el anti-láser, el rayo de luz entrante queda atrapado.

En el anti-láser, el rayo de luz entrante queda atrapado.

Los láser convencionales, que fueron inventados en 1960, usan la llamada “ganancia media”, usualmente un semiconductor del tipo de arseniuro de galio para producir rayos de luz concentrados con ondas de la misma frecuencia y amplitud que van una después de otra.

El pasado verano, Douglas Stone y su equipo publicaron un estudio donde explican la teoría que se encuentra atrás de la idea del anti-láser, demostrando que tal dispositivo podría ser construido usando silicio, el material semiconductor más común. Pero no fue sino hasta ahora, después de unir fuerzas con otro equipo experimental encabezado por Hui Cao, que pudieron construir un anti-láser que funciona, y que llaman coherent perfect absorber (CPA).

El equipo, que publicó sus resultados el 18 de febrero en la revista Science, enfocó dos rayos láser con una frecuencia específica en una cavidad que contenía una pieza de silicio y la cual actuó como “medio de pérdida”. La pieza de silicio alineó las ondas de luz de manera tal que quedaron perfectamente atrapadas, viajando de ida y de vuelta indefinidamente hasta que se absorbieron y transformaron en calor.

“Pasó de ser una idea muy buena a preguntarnos si realmente podríamos construirlo”, dijo Stone. “Después de realizar un poco de investigación, encontramos que varios científicos habían ya dado señales del mismo concepto en libros y ensayos, pero nadie había desarrollado la idea”.

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