La actividad en la amigdala predice el regreso del miedo y se relaciona con recuerdos de temor. Sin interrupción de la reconsolidación (arriba), el miedo (amarillo) regresa. Con interrupción (abajo), el miedo no se presenta.  (Crédito: T. Agren, J. Engman, A. Frick, J. Bjorkstrand, E.-M. Larsson, T. Furmark, M. Fredrikson/Science)

La actividad en la amígdala predice el regreso del miedo y se relaciona con recuerdos de temor. Sin interrupción de la reconsolidación (arriba), el miedo (amarillo) regresa. Con interrupción (abajo), el miedo no se presenta. (Crédito: T. Agren, J. Engman, A. Frick, J. Bjorkstrand, E.-M. Larsson, T. Furmark, M. Fredrikson/Science)

Las memorias recientemente formadas asociadas con emociones pueden ser borradas del cerebro humano, demostró un grupo de investigadores de la Universidad de Uppsala.

Cuando una persona aprende algo, una memoria de larga duración es creada con la ayuda de un proceso de consolidación, el cual está basado en la formación de proteínas. Cuando recordamos algo, la memoria se hace inestable por un momento y es restablecida nuevamente por otro proceso de consolidación.

Es decir, no recordamos lo que ocurrió originalmente, sino lo que recordamos la última vez que pensamos sobre lo sucedido. Al interrumpir el proceso de reconsolidación que sigue a la acción de recordar algo, afectamos el contenido de la memoria.

Los investigadores mostraron a un grupo de personas una foto neutral y simultáneamente le suministraron un choque eléctrico, creando una memoria asociada al miedo; para activar esta memoria de temor, la foto se mostraba luego sin aplicar ningún choque eléctrico.

Para un grupo experimental, el proceso de reconsolidación se interrumpía con la ayuda de de presentaciones repetidas de la misma foto (“entrenamiento de extinción”) con una “duración de reconsolidación” de 10 minutos.

Para un grupo controlado,  se permitió el proceso de reconsolidación al esperar seis horas antes que se les mostrara a las personas las mismas fotos.

Al interrumpir el proceso de reconsolidación, la memoria se hizo neutral y no motivó más el miedo. Por medio de la utilización de un escáner fMRI, los investigadores pudieron mostrar que los rastros de la memoria también habían desaparecido de la parte del cerebro donde normalmente se almacenan las memorias de temor: el grupo nuclear de la amígdala en el lóbulo temporal.

“Este descubrimiento es un gran avance en la investigación de la memoria y el miedo. Los nuevos descubrimientos podrían llevarnos a mejorar los tratamientos para millones de personas que sufren de problemas de ansiedad, tales como fobias, estrés post-traumático y ataques de pánico”, indicó Thomas Ågren, coautor del estudio.

Este estudio está relacionado con el descubrimiento reciente en la Universidad Northwestern de que una memoria se modifica al recordarla.

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