Células madre humanas creadas por clonación

Crédito: Masahito Tachibana et al./Cell)

Crédito: Masahito Tachibana et al./Cell)

Hace 15 años se proclamó como una gran esperanza para la revolución biomédica: la producción de células madre embriónicas para un paciente específico (ESCs) a través de la clonación para crear tejido con similitud perfecta que podría algún día curar enfermedades que van desde la diabetes al Parkinson.

Desde esos años, este método ha estado envuelto en gran debate ético. Un ensayo publicado por Shoukhrat Mitalipov, especialista en biología reproductiva en la Universidad de Ciencia y Salud de Oregon, en Beaverton, es seguro que reavivará ese debate.

La clonación terapéutica, o transferencia nuclear de células somáticas (SCNT), dio inició con el mismo proceso que se utilizó para crear a Dolly, la famosa oveja clonada, en 1996.

Una célula donante de tejido corporal, como la piel, se fusiona con un huevo no fertilizado del cual se ha removido el núcleo. El huevo “reprograma” el ADN de la célula donante hacia un estado embriónico y se divide repetidamente hasta alcanzar la etapa temprana de blastocito. Las células se cuidan y cultivan para crear una linea celular estable que es genéticamente similar al donante y que puede convertirse es casi cualquier tipo de célula en el cuerpo humano.

Mitalipov  y su grupo de trabajo iniciaron este estudio el pasado septiembre, usando huevos de donantes voluntarios a través de una campaña en la universidad. En diciembre, después de varios inicios falsos, las células de cuatro embriones clonados que Mitalipov había modificado empezaron efectivamente a crecer. “Parecen como colonias, parecen colonias”, pensó.  Masahito Tachibana, especialista en fertilidad, que está a punto de terminar una estadía de 5 años en el laboratorio de Mitalipov, nerviosamente seccionó los grupos de células de 1 milímetro de ancho y las transfirió a nuevos platos de cultivo, donde continuaron su crecimiento –lo que fue una evidencia segura de éxito. Mitalipov canceló sus planes de descanso. “Me sentía muy feliz de pasar Navidad cultivando células”, dijo. “Mi familia lo entendió bien”.

El éxito llegó a través de pequeños ajustes técnicos. Los investigadores usaron el virus no activado de Sendai (conocido por inducir fusión de células) para unir el huevo con células del cuerpo, y un choque eléctrico para activar el desarrollo del embrión. Cuando sus primeros intentos produjeron 6 blastocitos pero sin líneas celulares estables, añadieron cafeína, que protege el huevo de una activación prematura.

Ninguna de las técnicas utilizadas es nueva, pero los investigadores las probaron en varias combinaciones en más de 1,000 huevos de mono antes de migrar a células humanas.

El temor público a que esta tecnología sea utilizada para clonar seres humanos está allí presente. Esta investigación podría generar “histeria de clonación” que los oponentes de la investigación con células madre podrían capitalizar, dijo Bernard Siegel, director ejecutivo del Instituto de Política Genética, ubicado en Florida.

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