El control y uso de interfases cerebro-máquina destinados a personas que sufren parálisis, de manera que puedan mover objetos con sus pensamientos, se ha mejorado considerablemente con un brazo robótico que proporciona retroalimentación sensorial desarrollado en la Universidad de Chicago.

Auxiliado por un exoesqueleto robótico, un mono da en el blanco de manera más rápida y más directamente.

Auxiliado por un exoesqueleto robótico, un mono da en el blanco de manera más rápida y más directamente.

Los dispositivos que trasladan la actividad cerebral en movimientos en un cursos de computadora o un brazo externo
robótico han demostrado ser exitosos. Sin embargo, en estos primeros sistemas, la visión era la única herramienta que la persona podía usar para controlar el movimiento del dispositivo.

Al incorporar un brazo robótico que provee información kinestésica sobre el movimiento y la posición en el espacio mejoró el desempeño en monos que utilizaron la interfase cerebro-máquina, según un estudio publicado hoy 15 diciembre en la revista Neuroscience.  Al incorporar esta información se mejora la idea de “robots usables” para ayudar a pacientes con daño en la espina dorsal, dijeron los investigadores.

“Muchos pacientes que tienen problemas de movimiento tienen retroalimentación sensorial aunque sea parcial”, dijo
Nicholas Hatsopoulos. “Eso nos indujo a pensar que podríamos utilizar esta forma de retroalimentación con robots usables para proveer esa información”.

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Palabras más populares:

  • retroalimentación sensorial