Investigadores de Stanford University han desarrollado una batería que saca ventaja de la diferencia de salinidad entre el agua fresca y el agua de mar para producir electricidad, dijo Yi Cui, quien encabezó el quipo de investigación.

La batería consiste de dos electrodos (uno positivo y uno negativo) inmersos en electrólito con iones de sodio y cloro, los componentes de la sal ordinaria de mesa.

La batería se llena de agua fresca y una pequeña corriente eléctrica es aplicada como carga inicial. El agua fresca es drenada posteriormente y reemplazada con agua de mar. Debido a que el agua de mar es salada, contiene alrededor de 60 a 100 iones más que el agua fresca, se incrementa el voltaje entre los dos electrodos.

El equipo de Cui calcula que si todos los ríos del mundo se usaran, sus baterías podrían suministrar 2 terawatts de electricidad anual, lo cual es cerca del 13 por ciento del consumo mundial actual.

Un planta operando con 50 metros cúbicos de agua fresca por segundo podría generar hasta 100 megawatts de poder, de acuerdo a los cálculos. Eso sería suficiente para generar electricidad para 100,000 casas, indicó Cui.

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